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Lo de...

Lo de que la peña se ponga un ñarigón como si fueran una puta oveya o una vaca que hay que mancorniar, siempre me pareció de gilipollas retrasados que quieren destacar difuminando su imagen gon la del resto de atemperados analfabetos. Dándoselas de interesante, quizá siendolo ya per se pero cayendo en la demagogia barata del ser mejor que el resto por ser parte del resto, de los restos o del no ser nada por ser bulto.

Lo de poner treinta pendientes en una oreja din haber doblado Hornos una vez siquiera es la misma completa sumisión a la tontería voluntaria de ofrecerse como carne donde no hay. Carne de pobre, era aquel pan rebozado. Carnaza.

Lo que vi hoy de llevar el puntito hindú en la frente ya es la completa y total abominación del sí. Subyugarse a la tontería de la casta brahmánica... A una religión, si puede haberlas tontas, de las que mas lo son.

Por otra parte, el que los gilipollas inseguros de si mismos adopten las simbologías de los gilipollas o de los cobardes religiosos, ayudan a desenfocar a estos y a resolver el problema de su diferenciación sobre el resto de anormales que no tienen otra aptitud en el mundo mas que joder la convivencia y matar al tercero.

Espero que esta tontería lleve pronto a disolverse en la multitud ese pendientillo de plata y luego de oro que se ponen los ignorantes vascos tras su iniciación en fuego y luego en sangre y que el (o la) retrasado general de la calle sea indistinguible del payaso del ku klux klan que, originariamente, se distinguía del resto de mortales con el anillito de vaca en la nariz o como cojones sea que se aprecien entre ellos.

Luego vienen los taguajes. Son lo misml pero de eso hablamos en otra borrachera.

Sea.