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Las cosas de vivir en la ciudad

Ya conté en su día mi primero (día) en Madrid. Las desgracias y premoniviones que me toc9 vicir de aquella.


Hoy estabsb apestado en bar al que voy siempre porwue llueve lo que no estss escrito. Me fui y paeé en uno deod de dominicanos que, otra cosa no pero mujeres vense como no se venrísbb por feliz que aecadia fiera en la arcadia feliz.

Tomé yna y marché porwue tenían fiesta de travelos hsciendo karaoke sin cantar esos estrobos de caderas estrechas y sombra de barbq que asco dan bastante.

Al salir me aborda una gallega rubia que fea no era y me cuentaeso de que llegó tarde al albergue qy wue si puedo dsrle nueve euros para coger una habitación que nkoen le lkens. No dijso ansii dijo que llego tarde al alber be y que si puedo compranle una puldsets por nueve euor s. Me enselo la pulsera. Dije que ayudo sin comprsn ada. Eche. Aman al volsiloos y le di siete uros y dijo con muchs pens y acento gallego;: no me chbeeeexga.

Dije son siene euros y que cuesta ganar tsndo en sdiex segundos.

Di ls vuelta y marchr

Y aun me renierde ls conciendia. Pens fe tenrr conciencia