Llevo meses pensandolo.
Uno es así. Uno es viejo. A uno hay que gastarlo como como.
El lunes no estoy. El martes querría decirle que tengo un problema:
-tengo un problema...
Algo dirá. Sabe dios. Uno espera que se interese y no haga bromas. Dabe dios.
Uno espera que pregunte. Uno espera...
-¿Qué problema?
El árbol que describe el juego se multiplica con las posibilidades. Es exponencial la complejidad de la ejecución del plan. El problema básico es no saber qué carajo hace el otro jugador y que las reglas del juego no sean de simple mecánica como cualquier otro juego.
- tengo un problema contigo... Tienes los ojos muy grandes y muy verdes.
Y ahí está la pesca. Lo más probable es que sea simpática conmigo porque lo es con todos y el avance sea un ataque en toda regla.
Es más probable. Siempre es más probable. Siempre pasa. Siempre pasó. Uno tiene una vida. Uno se reprime porque se tiene que reprimir. Uno espera no sentir dolor, mas dolor, antes de irse a la tumba. Uno se carga las pilas de la indecisión durante meses para poder gastar la batería en treinta segundos y esconderse por años hasta que una mirada lo vuelva a engañar.
Uno no distingue. Uno no sabe distinguir.
Uno espera.
