Dónde estarás, dice la canción.
No recuerdo una canción en la que no haya un nombre. Todo poema parece haber sido hecho para ese alguien y no para quien pueda interesar... para quien venga que sea y mejore las noches o mejore esta.
Siempre hay un tu, un you. Tenemos la manía esa de obcecarnos con un individuo como si nos fuera la vida en ello. Curiosos bichejos somos que nos suicidamos por eso que llamamos amor y no por pasar el tormento del hambre.
Curiosa especie.
Curiosa donde las haya, que si hay millones en La Tierra, habrá miles de millones en el universo. Y aquí, la evolución nos hizo tristes por necesidad: necesariamente nacemos, necesariamente morimos. Necesariamente pasamos hambre, dolor y frío...
Necesariamente echamos de menos y tememos. Amamos necesariamente. Necesariamente queremos querer porque la evolución nos trajo para traer al mundo.
Luchar contra el instinto es posible y necesario. Necesariamente pensamos y racionalizamos. Necesariamente somos conscientes y todo el espectro es posible: tanto quien vive la vida como el animal que somos vomo el otro extremo que podría quitarse la vida por un ideal abstracto debido a la necesaria consciencia.
Igual que puede haber quien se suicida contra todo instinto debe haber quién viva feliz en la ognorancia y atendiendo a todo pasar carnal que hay en el mundo... tanto hay psicópata como patológico precavido... tanto haynisántropo como enfermizo buscador de la aprobación de los demás. Entremedias, todo el espectro.
En esta especie tan rara, consideran los presos en una cárcel donde sólo haya asesinos y violadores, un castigo el que los aislenzm del resto aun sabiendo que son lo que son.
Así somos. No una isla, no un uno. Nunca. ¡qué cosas!
Qué extraño.
Y ahí entra eso de la isla, del tú y del yo.
¿Y tú? ¿Dónde estarás? ¿Dónde te habrá llevado ese instinto autodestructivo de no ser persona si no animal? ¿Serás feliz? ¿Tratarás a todo el mundo con la superioridad y desprecio con qué me trataste a mí? ¿Harás algo bueno por alguien, quizá pensando en redimirte?
¿Habrá un mañana en que recuerdes?
¿Hay un hoy en que maldigas?
¿Habrá un día que sea el día de ese año que no fue?
¿Y tú, lo quieres?
Aquí la isla del yo que soy igual para todos. Allá la isla a la que va esta botella a romperse con las rocas del aislamiento, ese detestable del presido, del pecador, que sabe a todos malos y cual peor parece mejor que todo ese horizonte de solos.
¿Y tú? ¿Cuánto prefieres la condena? ¿Cuánto amas hacer que haces y parecer que pareces? ¿Cuánto quieres vivir que no vives conmigo?
Y en este solar y está isla que es vivir, ¿cuánto amas vivir sin más que tanto odias te vivir conmigo?
¿Dónde estarás tú?... Que no te conozco.
¿Dónde estarás tú que me conociste?
!?!? Donde tú que tanto quise?
A dónde vas. A dónde has ido.
Tú qué tu piel era mi mundo. Tú qué mi celda hubieras sido, tú, tortura, tú lamento.
Tú que castigas este cuerpo. Tú.
¿Dónde estás? ¿Qué tortura te has echado?