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Triste espectáculo

Estaba en mi terracita con unas cervezas de mas y otra en la mano y entró un repartidor en moto en la calle. Aminoró ya para buscar el portal.

Aquí el tristisimo hecho. Me acordé de aauel chiste del cartero que sabía contar dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, sota, caballo y rey...

El pavo o pava, no vamos a discriminar ahora,  fue mirando a ambos lados de la calle para encontrar el portal hasta que perdí de vista la moto detrás de la esquina que sobresale del edificio aledaño.

¿Cómo puede alguien no saber que los pprtales son impares de un lado y pares del otro? ¿Cómo puede alguien no darse cuenta del hecho después del segundo o tercer viaje?

¿esa gente vota?

Y nada... quedó en anécdota.

Otro día, de lunes, fuí al Mercadona con ya todas las normas de higiene implantadas. En la cola para entrar, que la hay, un segurata garantizaba que se respetasen distancias. Las líneas con cinta marcadas en el suelo daban sus dos metros entre mí y el siguiente. El pavo viene y me da dos guantes de esos que usaban antes de ña crisistunidad para coger la fruta.

Antes, la gente se ponía guantes para manosear la fruta y que el siguiente, yo, pudiese coger fruta que el anterior apretó e hizo pudrirse pero sin contacto con la piel del gilipollas de turno.

Mientras, claro, el chaval esperaba a que me encajase los putos guantes, hice tiempo con una conversación muy amena: ¿por qué no diste guantes a ese?, dije mientras levanté la barbilla apuntando al gachó que tenía enfrente.

-ya tiene guantes...

Me paré uns egundo y miré al guardia este de dos metros. Ocurre que alguien pensó el protocolo tal de que la gente lleve gusntes al entrar en la puta tienda. Alguien que, quizá, sabía cómo funciona esto de contagiarse. Pero al chaval le dijeron que la gente entre con guantes a la tienda y no cómo funciona el contagio. Eso de que el chaval no vale para ejecutar la órden no lo pensé y dije:

-tu no sabes dónde estubieron esos guantes...

Me miraba el pavo, enjarretó las manos y dijo: ¿vamos a tener problemas?

-nope...

Respondí bien rápido porque supe que estaba hablando con el último soldado de la cadena al que nadie nunca le pidió cuentas sobre estos respectos.

Y concluí que nos está matando la ignorancia y soberbia de otros.