Creo que era en La Esclava Libre [imdb] en la que una de las esclavas (que al parecer no lo eran tanto, al menos en aquella región), a la llegada de los yankis se le subió la libertad a la cabeza en forma de melopea.
En la zona, el dueño nunca trató a sus esclavos como tales y, de haberlos tratado, uno podría pensar que apreciarían más la libertad por no haberla tenido que por ser un derroche de vicio. Llegaban los yankis liberadores, promovedores de, no la igualdad, sino de que se soltase la mano de obra del sur que pudiese, por cuatro chavos, venirse al norte... Que en papel y grandes palabras, lo de la libertad siempre suena muy bien, pero no es el caso que cito hoy.
Había una esclava joven, casi una niña, negra de esas que ponen en las películas con un pañuelo multicolor sobre la cabeza y un acento un tanto peculiar tirando a cubano en España y sureño negro para los estadounidenses. Ésta, a la venida de esa libertad tan ansiada, le da por gritar, todos la miran extrañados. Corred, ahora podeis correr, dice. Pero, ¿correr a donde?. A emborracharos, voy a beber hasta caer sentada porque ahora soy libre para hacerlo.
Eso era la libertad, la de poder irse uno al infierno por el camino que prefiera. Eso es la libertad.
Será que hoy tengo el día de recordar todo lo que ha sido o que hoy he tenido algo de tiempo para pensarlo, pero recuerdo haber citado esa misma frase varias veces, recuerdo haber convencido a alguien. No creo en el infierno, es una forma de hablar.
Ni por exceso ni por falta, se debería perder el rumbo de la moderación, pero quién es nadie para decirle que eso no es la libertad y quién es nadie para decirme a mí que esta vida que vivo o me ha tocado vivir no es la libertad.
¿Molesto a alguien?
Pues jodeos sudistas, que en mi libertad, me cansaré hasta que caiga de culo. So fanáticos