
Pasé ayer por allí y miré lejos, muy lejos, con la vista perdida desenfocada queriendo verte parada en la penumbra del patio o en la gente que pasaba por el sol. Hoy, verano, aquel día en otoño que ojalá hubiese durado siempre, ojalá pudiera volver atrás a aquel año, dios, ¿Cuánto hace? ¿por que significó algo para mí y no para tí?... Volver, volver y quedarme.
Recuerdo haberte escrito todo lo que trabajé para conseguir... ¿Qué? Todo lo que hice en mi vida era para conseguir... ¿Qué? Todas las veces que te lo escribí aquí, todas que te escribí en privado. Y no tengo mi trabajo y no tengo lo que pagué y nunca lo tendré porque ya no estás y nunca has estado.
Creo que aun lees esto, tengo fe como la tenía antes, en que sigues esta puta vida aunque sea por la tontería de verme fracasar como las luciérnagas que decía aquella, golpeando una y otra vez esta pared del destino en el que tú sola creías y por el que me hacías pasear como por la tabla con un machete apuntando a mi sentir... Pero claro... Por ser tú 'la', yo el malo...
Y veo aquel paraguas, vívido, claro, blanco y negro. Tan limpio y enfocado ante mis ojos como a veces se me presenta tu cara, como siempre, fantasma del pasado. Cuatro fotos de las que tres son inventadas por tí para mí. Pero fueron, en comparanza, unos días tan claros... A pesar de lo que llovía aquel, creo que no era mucho, recuerdo que estaba frío, recuerdo los nervios, recuerdo...
No se olvidar, no se si quiero, quiero al irme a dormir y volver mientras estoy despierto. Y todo está perdido y todo se fue pero no lo acepto.
Aunque se que ya no eres, que no vives, que no eres tú que nunca has sido... Recuerdo aquel paraguas, tu americana roja con los dos botonazos por detrás, recuerdo el bolso con pintas de vaquita... Recuerdo tu voz, Ixchel, tan claramente a veces que me estremece el espinazo y tiemblo como temblaba. Y pienso como pensaba que de ser tu aquella eras tan para mí que sería eterno... Pero tú no eras. Recuerdo que tú no eras.