Y sin luz. Quizá en la vida y sin esperanza.
Hay un tiempo para todo, hay un día de mañana del que nada se sabe y un ayer del que no queremos saber. Un hoy que tememos más que al porvenir pero que ya es pasado sin querer, sin saberlo.
Al final el penar del hoy es tontería, el tiempo nos pasa y, al mirar, no queda nada.