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El color, el cristal y votar al menos malo

Después del problema del color del vestido, el país entero se sobrecoge ante el problema de saber el color del político que habla.

Antes era fácil porque se fiaba uno de los nombres. Había una Alianza Popular que, aunque lo de popular engañe, lo de la Junta Nacional daba sentido al discurso.

Antes había un partido Socialista y Obrero. Había una Izquierda Unida.

Antes sabíamos entender lo que se hablaba porque se hablaban cosas que se tenían que hablar y las palabras significaban algo.

Se empezaron a usar palabras como conflicto y problema para nombrar un algo que ni era conflicto ni problema. Se perdió el nombre de los partidos y el significado de patriota pasó a ser el que se la chupa al gobierno.

El ser libertario y pedir que se avance en cuanto al derecho individual se fue al carajo el día en que nos dejamos hacer y cada casa sede se decía socialista, centro derecha o centro centro, centro centro... Pero se ajuntaban a la moda de la misa o la pistola porque... No nos engañemos... La pistola mola mucho.

Y ese resquemor de la guerra civil, del golpe de estado. Ese tener un presidente tras otro que dicen que eso es pasado pero no opinan ni saben ni dicen. Ese defender a fascismos regionalistas, a terroristas, a dictadores. Ese que en Cuba o en Marruecos o en casa su puta madre se vive mejor que en Marruecos o en Cuba, sólo porque haya este o quilostro "presidente" cuyo chandal a mi me mola mas...

Esa pacotilla de palabras, de sentires, de cantares que lleva el viento, que no significan nada. Ese ofenderse. Ese insultar...

Esa gentuza que firma cheques en blanco, que compra votos. Que vive al día porque, ja, para cuatro años que vamos a estar.

Esta nueva panda de aprovechados y arribistas a los que les faltó tiempo para enseñar los dientes.

Y quieren, señores míos, que no vote en blanco. Pero tengo un problema y es que, este humano es de aquellos pocos que quedan con conciencia.