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La desfachatez, la justicia, la vidq y el sin vivir

La desfachatez de mi vids es castigarme por todo cuanto en el mundo he sido.

La.absurdez de tener sentimientos, de ser humano, es querer a muertos aue no te recuerdan y seguir a vivos que en el mundo no son para tí.

La tontería de seguir vivo es sobrevivir mientras los demás viven...

Hay un no se qué de morbo, o como cojones se escriba, de revisitar y ver y espiar. De ponerse nervioso con cada nueva foto y excitarse por el pensar de "que sea para tí". Como si el mundocorriese a tu vera como ese tren que se va, al lado del tuyo, sin saber cual es el que se mueve y tu cuerpo te engaña empinandose hacia donde no toca para compensar la aceleración y la puta que parió a Newton, Galileo, Einstein y toda la marea de gentes que hayan visto la realidad y su cadaver. Muerto, este, que no nos queremos creer y que nunca  vemos.

Allá, el infeliz, no vive porque no sabe y allá, quien se hace pajas, se consuela con lo que le sale de los cojones.

Y, así, el nota, se desvive en buscar la foto nueva por el sólo subidón que siente... Esos tres segundos de pensar, de saber, de conocer la realidad que conoce y que es suya y de nadie mas... Porque su cuerpo le entierra... Porque el sentir es tan solo como el morir y porque la realidad es solipsista por más tonto qie se ponga el mundo en legislar herencias y en ahorrar dineros. ¿para qué?

Y uno ve su alegría que fue, tan mejorada por el año y la vida. Tan alegre y llena de vida y piensa... Y piensa en venganza o en resquiebro, o en qué carajo haya traido en el devenir de la aleatoriedad del tiempo y la injusticia universal. Piensa en el tiempo y el inmortal esfuerzo del tímido, en aquel descanso de echarse tres dias intentando no pensar en nada por el tanto que el debe del mundo te había restado en una pregunta tan costosa como el hambre...

Y, el racional, entra y dice que, leyendo el Quijote, sabiendo cómo funciona el mundo. Es tan injusto exigir que el este, el mundo, se doblegue a tu sentimiento, como es que se baje una cuesta porque te cueste subir. Que el universo no sabe lo que somos y no le importa. Que la vida no sabe lo que es ni lo que la llamamos porque nadie se ha puesto de acuerdo aún.

Y tenemos la manía del egocentrismo, del homocentrismo, de pensar en pertenecer, en ser y en no reconocer la nada de la que fuimos arrancados y a la que vamos a volver. Y tenemos la mala costumbre de ver el mundo desde los ojos y la apreciación y no del todo del universo, del mar de átomos del que heredamos, somos y dejamos de ser para volver a no ser, ni sentir, ni recordar. Del tanto que nos importa, que queremos sentir y que al final será la nada a la que ir, a la que volver. Que moriremos y que, carajo, mientras seamos y estemos, quizá haya que celebrar lo poco que supimos estar, ser, decir, pensar... Sentir...

Y, aún, con la futilidad y el sinsentido del intrínseco no ser, de la inevitable y rinita, corta y sufrida hambre que tenemos, hay que reivindicar que sentimos: que no nos engañamos, que creemos creer, que el cuerpo quiso, quizá a la aventura de la aleatoriedad de nacer y morir, que quienes somos es por un sentir.

Que sentir, que vivir, que doler, que ansiar y tener hambre, es estar vivo. Que el recordar y el adorar, que el ímpetu de querer tener sea algo, quizá, bueno para el mundo. Que la sangre y que la vida, en fin, no sean mas que hambre y ansia. No sean mas que frases cortas en dos palabras, en cuatro letras. En disparo de ADN o de una idea o un querer que nada le importe al mundo pero si a tí.

Que el echar cosas afuera sea parte de vivir.

Que gustar o no gustar sea problema de química y física o de no saber hablar y entenderse.

Que la vida haya sido una sóla reacción química contra el medio hostil.

Que el mundo sea ese sinsentido que haya que alegrarse poe vivir cinco minutos. Que haya que celebrar la vida y no llorar la muerte...

Y digo, proclamo, grito... ¡grito como grité!... Se, siento, admito, admiro y reconozco... Reclamo, quiero pensar, creo por los salmos y tanto como se haya escrito... Reclamo... Declaro... Siento como mío, como tanto que fue, como dije antes, al menos para mí... Quizá la borrachera influya: ojalá la vida y el mundo sea, en deferencia por el.último borrqcho, fumador y pronto cadáver que lo pide a la justicia universal... Que ojalá no me arrepienta mañana... Que la consciencia no me ttaicione y la conciencia no me repique con su rumiar, sea pues:

Sea benevolente contigo.

Porque ya invito yo. Pago yo. Ta too pagu. Toa la vida.

Escribió cervantes: "Sea"