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Ni dios ni amo

Digo yo que, puestos en obras, por ahorrar, igual habría que retocar el concordato. Digo yo, ¿eh?

Por tocar, digo, deshacer por completo y, el que quiera negocio, que se lo pague y que ponga unas tragaperras o un bingo como hacen en otras partes del mundo. Estaría bien porque así quitamos de que entren los menores y, en veinte años, nadie se acuerda de qué cojones pintan los cuervos en la granja.

Con todo lo malo que sea este concordato, los hubo peores. Allá por el 33 del siglo pasado, la iglesia esa de Roma negociaba apoyar a un partido o a otro en unas elecciones y, después, en un referendum que sancionaría la voluntad de todo un pueblo (voluntad democrática, que se dice muchísimo últimamente). Curiosamente, la iglesia siempre apoyaba y pedía el voto para el que ahora se llama Demócrata Cristiano, valga el oxímoron. En las negociaciones, y después, se ganaron la prioridad del estado en cuanto a tal religión, el privilegio de seguir ejerciendo sus manejos como hasta entonces y la disociación de "la vida política" tras el apoyo en las elecciones y plebiscitos pedidos.

En los dos apoyaron al partido nacionalista del sitio. Tal fue la celebración por las victorias que resonaron por toda Europa y gentes de casi todos los paises del mundo vinieron a ver con sus propios ojos la fiesta que montaron en los años que siguieron. Mucho jaleo y tal. Aún siguen sonando los écos de aquello. Qué cosas.

No contentos con el tema de tener independencia del estado, de los planes del estado y del poder del estado que ayudaron a crear, con su dictador de pantalones bombachos refrendado por la voluntad popular y el apoyo cristiano, decidieron celebrar cada año el cumpleaños del fulano en tooodas las iglesias del lugar. Además, regalaban un libro suyo en las bodas y predicaban que, si el estado está haciendo el mal, peores cosas hicieron los andaluces.... qué digo... los judíos.

Algo parecido pasa aquí, quizá en menor medida pero con nuestros impuestos.  Tenemos un ejército de espías, soldados de otro país, a los que pagamos la nómina, seguridad social y vicios. A cambio, hacen de todo por evitarnos el mal del progreso y la cultura, apoyan a la peor religión que campa en España, el nacionalismo y condenan al país entero a parecer medieval sin serlo.

Tan enraizado está el problema que, hasta quien se llama a si mismo de izquierdas, sin serlo claro,  ve mayor problema en que tengamos un rey que no interviene a que tengamos que pagar por un dios que tampoco. Y, jaja, al menos, el rey puedo decir sin problemas que existe y hasta se puede demostrar. Dudo de la utilidad de tenerlo pero, por ahora, se mueve cuando y donde se tiene que mover. Se sabe porque los perros ladran, como en esa falsa cita del Quijote que tanto gusta a los payasos de la tele de los que ya hablé antes. Deberían hacer una camiseta y llevarla al parlamento.

Ni dios ni amo. Digo yo.