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Leyendo a Hitler

Quien no haya leido nada de Hitler, no sabe lo que se pierde...

Es fascinante cómo los nacionalismos siguen utilizando la retórica de un tío por cuya voluntad trastocada, trasnochada y trastotodo, murió violentamente entre el dos y el tres por ciento de la población mundial. No quito mérito a Hiroito, Stalin y todos los dictadorzuelos de turno. Se estima el tres y digo que entre el dos y el tres.

Justifica la irresponsabilidad personal de los golpistas en el mandato del pueblo igual que hacen... Igual que siguen haciendo hoy día los nazis que nos quedan...

Por supuesto que, para cambiar la ley y hacerse dictador hizo la del tal César. Aunque en tiempos de Roma, el dictador también era mandado por el parlamento, senado lo llamaban,  pero a cuenta de devolver los poderes y que el SPQR siguiese significando lo mismo que antes de imponer una dictadura y en caso de emergencia.

La ley entonces, como ahora, estaba hecha a medida del legislador. Quizá no a medida pero con una clara candidez y siempre esperando que, si hay hombre malo, vendrá de madre que no nazca en alta torre ni granja grande. Dos mil años han llovido y tenemos leyes que regalan aforo a no se quienes con tal derecho... qué cosas...

Pues dice Hitler que la voluntad del pueblo quita responsabilidad a los jefes pero hizo la misma maniobra que vemos hoy, que me voten y vale lo que digo por tonnnto que sea.

Se ve que tanto sigue hoy. Si eres una gilipollas con miles de seguidores en twitter, automágicamente,  tus mierdas son verdad y punto pelota.

Lo mismo. Si te inventas la raza catalana, idea que se remonta a antes de ayer, a hará dos siglos. Propones una invasión ficticia y convences a suficientes, tienes razón. Nueva religión creada, toca imponer.

No  sólo tienes razón, carajo, tienes la potestad de la descarga de responsabilidades que tanto odiaba Hitler y que pagó, bastante barata a mi juicio, suicidandose sin juicio por lo que hizo. Y, es que, eso de morir, no me parece bastante pena cuando pudiera estar encerrado en un cubo de dos por dos con iluminación a horas aleatorias y comida de mierda, mantenido vivito sin relación con nada ni nadie... Con los mejores cuidados médicos evitando drogas que sirvan para paliar dolores y teniendo plena consciencia el tiempo que le quede para que su yo pagase lo que planeó y obró.

Aún así, nunca sabríamos si tuviera arrepentimiento y, sinceramente, ni puñetera falta que hace con tal de saberle sufriendo.

Ojalá sea. Que no será.