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El tiempo pone a cada cual donde corresponde

 La pregunta: ¿Por qué tendemos a sentirnos culpables después de experimentar emociones intensas?

La respuesta:

Mh… nnnope.

Dices emociones "positivas", entiendo.

El problema es la educación, la genética o algo.

Cuando disfrutas de tu momento y, dado que eres consciente, recuerdas alguna cosa pasada o algún familiar que debiera sentirse tan feliz como tú o sabe dios…

El problema es completamente subjetivo y te voy a poner un ejemplo extraño pero que, creo, estaría respaldado por la ciencia en algún modo: eso de las relaciones amorosas es todo química y es química que llevamos dentro y que cada cual siente como siente. Hay gente aue llega a ser adicta al subidón inicial y desdeña a este o al otro por nimiedades porque, lo que quiere, es volver a sentir la droga de la primera vez. Tenemos relojes internos que dispersan o atenúan todo esto y deja de existir la forma de sentir cusnto sentían antes… de alguna forma, el mundo ha cambiado aunque, el que cambia, eres tú.

Un chaval de mi pueblo, desdeñaba a mujeres que yo consideraba diosas nacidas mortales porque "le tocaban el pelo"… literalmente. Una vez, se enroscó con una vecina de toda la vida. Una que conocía de la niñez y, hasta le pidió matrimonio. Por conocer su pasado y tooodas las gilipolleces que llevaba dichas en la vida, ella le dijo que no porque, carajo, aquello no podía ser más que un pasatiempo cuando, el fulano, era un vividor y un mierdas que la iba a adejar por la primera de turno.

Se dejaron ese día y supimos todo por ambas partes. Creo haber interpretado las dos soluciones del sistema. Y, ahora, viene la ironía…

Él, se enroscó con otra vecina. No se fue al otro bar a por la siguiente porque, de algún modoz el mundo había cambiado. Siendo, como era, un hombre de poderes, compró la finca de al lado de su "ex", contruyó una casa, tiene dos hijos y asentó su vida de una manera iiiiimmmmpensaaaable por cuanto lo conocíamos. Hace veinte años de esto y nadie sabe que será pero si que vemos cuánto es: ella sigue soltera.

Y no hay tapa de libro que diga cuanto hay en él ni hay fachada de casa que no oculte la ruina que hay dentro.

Allá cada cual y su juicio. Allá el tiempo y el depósito en que deje a cada cual.