Almería, un desierto.
Vine conduciendo esquivando platas rodaderas por la nacional. Vi naranjos cargados de fruta (la naranja madura en invierno) a lo laaasaaaaargo larguísimo de esas calles. Vivo a cinco minutos del centro andando. Cambié de empresa, ahora estoy en la mayor operadora de telefonía del país... No me dejan poner el nombre pero, digamos que hace tres semanas cuando entré, no era la mayor, ahora lo es. Cobro más que nunca.
A la semana de irme del otro piso lo alquilé por 600 lereles al mes. Me compré una lavadora secadora, ¡Qué invento! ¡Qué cosa! En hora y media tienes la ropa puesta otra vez, limpia y seca. ¡Qué cosas! Luego dicen que el dinero no da la felicidad. A mi jefa le dije: no da la felicidad, da la facilidad. Pues eso: qué mas me da que tarde o que no, tengo la ropa oara guardar o usar.
Tengo tres habitaciones, salón, cocina...
Me faltas tu.
