Web Analytics

Cuarto y mitad de hierro

Cuando iba en tren a trabajar siempre encontrábamos, los tres de turno, alguna tontería con la que matar esa media hora que, engañados nos tenía, nos mataba a nosotros. Es lo que hace el tiempo.

Las conversaciones eran de lo más intrascendente y la mayor parte eran sobre informática.

Un día comenté lo que me había pasado en otro viaje en tren donde conocí a un portero de discoteca, universitario, decía él, que iba a bajarse más lejos que yo y que insistía en que un fin de semana de estos me pasase por allí porque “tú entra gratis, ¡digo yo!”. Decía que fuese pronto porque le tocaba volverse a su país para intentar renovarse los papeles.

La conversación aquella vez fue desde el ambiente universitario y si la gente es mala o buena o si a los chavales de hoy en día merece la pena pararles las peleas o recoger los cachos. Conectamos en eso de los cachos…

Aquí, me dijo, peligro en todas partes. Gente muy mala. Aquí gente desconfía: para echar un polvo tienes que enseñar pasaporte y certificado penales. Y eso, respondía yo, si no te traen años arrastras y se van con otro… Mala gente las mujeres, decía él, y muy maleducadas por aquí… Muy… Hacía el gesto de desdén, de mirar sobre el hombro… Sí, sí, te entiendo. ¿Entiendes verdá? ¿Son o no son?. Son, concluí.

De ahí se disparó la cosa, yo siempre en broma y él sin perder el buen humor. Pasó a que con gente tan mala hasta fácil es matar a alguien. Sólo atreverse. Tú mata y queda libre… Nada más fácil. ¿Yo? No, no… imposible… Tú no, cualquiera, cualquiera mata y culpa a otro hemos pensado mucho.

El “hemos pensado mucho”, el que alguien hable tan rápido con cualquiera que se le pasa por delante sobre eso “tan fácil”… Tan grave como hacer desaparecer a una persona, me subió la adrenalina y, aunque siempre debo parecer nervioso, entonces me puse un pelín sobre niveles…

Tú, me dijo, tú quiere matar a alguien. Yo conozco quién mata. Yo digo este en la foto toma… mmmh… sienmí… Ellos matan por sienmí. Fácil. Pero ellos pillan, ellos cantan opera y tú pillan también.

Me reí. Uf… Es que parece que no pero la policía es la policía y te van a pillar hagas lo que hagas. Encuentran a la gente por escamas de caspa, hombre, no te libras.

Si tú libras, si. Ponte, ponte tú, tú odia a matar y me dices. Yo confianza, yo bueno. Yo puedo pagar por matar, pero mejor, yo puedo pagar por ser “culpable”… Marcando lo de culpable… Tú no pilla y libre. ¿Pero cuánto hay que pagar, pregunté, para que un tío vaya a la cárcel por mí?

Jajaja… No… Nadie va a cárcel. Tú pagas hierro para matar y tú matas. Tú busca tapadera viste raro como quien otro paga y él da arma con huellas fichada con huellas para pillen a él. Muchas armas hay ¡muchas! Tú compras culpable y tú matas. Yo no se nada de paquete, él nada de matar, tú último búsqueda. Si compica más, tú busca otro que conoce otro que mata y das hierro. Total medio kilo y tú último busca.

En unos segundos de silencio, él aún manteniendo el gesto de ambas manos centradas sobre mí, comprendí lo que me decía.

Y más: Yo se gente para dos casos, yo pido hierro que pasa manos y no conoce de donde viene, yo entrego hierro y papeles otro no se donde va… pum… pum… Nadie conoce nadie… Tú último busca.

¿De qué mundo viene alguien que piensa esas cosas?, pregunté. Encogió aquellos hombros tan anchos y apuntó las manos hacia la ventanilla. Vengo de calle, aprendí en España. Un año aquí.

Y… Pero… No sabía uno que decir… Pero eso es más caro… No caro, no. Si un kilo total, eh… gente de medio… eh… los que tratan… gente confianza mío, no cobra.

Así que tengo dinero más que suficiente, tengo el contacto y odio a alguien hasta el punto de pensar en matar. Si decido ir a dar una vuelta a una discoteca cercana y contarle a mi amigo sobre la carencia, por “cuarto kilo” consigo un arma, por cuarto y mitad un precioso cadaver.

¡Qué mundo más triste! Pensar en matar... Nos sobra imaginación para todo.

Y lo comentamos en el tren. Lástima, hasta se podía probar. Temblad malditos.

El Jose cerro la conversación con el comentario: “Pierde todo el aquel… Si odio tanto, mato en persona, seguro que te realiza más”.

Cierto.