Miramos atrás a la niebla del tiempo o hacia adelante, hacia la oscuridad del porvenir. Miramos alrededor a la vida que ahora nos toca vivir, al segundo en el que estamos y que nunca sirvió de nada.
Miramos pero no entendemos, Sólo vemos la pared del convencimiento de que todo está bien. Todo ha sido bueno, de todo hay algo positivo.
Convencidos.