Es raro que sueñe o raro que me acuerde de algo que no sea una pesadilla.
Qué haría el hombre sin sueños. En aquella película tan rara, Zardoz, creían que dormir era una pérdida de tiempo, todos salvo el paisanón peludu ese que venía del pasado que le gustaba dormir porque, decia, soñaba.
Esta noche estabas otra vez en mis sueños. Estábamos en casa otra vez, me ayudabas a hacer no se qué en el ordenata, bueno, si se qué porque en otro sueño también montaba yo un sistema para no se qué de saltarse el proxy de no se cuantos pero es una cosa demasiado absurda para explicarla en este mundo real aunque recuerdo lo que hacíamos. Sabías cómo lo había hecho yo la otra vez y me lo recordaste.
Bueno, a pesar de lo técnicamente absurdo que era el Macguffin de la historia estabas allí con aquella camisa, blusa, o como cojones se llame que tenías que era roja, morada con brillos metálicos y las mangas muy anchas por los puños, un pantalón negro y una chaqueta negra y el pelo azabache, la piel de yogur y queso, los ojos de miel y caramelo y los labios de fresa y cereza… Todo eso según diese el sol o según donde mirase yo.
Después del ratillo escuchanding otra vez tu voz explicándome toda la historia, diosa de mi vida, decíame yo a los adentros, sigue hablanding, ocurrió la conversación.
Quería pedirte una cosa. Yo a tí también… En cuanto acabes sal de mi casa y no vuelvas.
Y es lo que recuerdo del sueño. Pero sobre todo lo bien que me sentí y lo mal que me sentí.
---- Edito:
Al releer esto me doy cuenta de que en el otro sueño en el que montaba el proxy ese extraño codificao... tú no estabas... ¿Acaso me lees? ¿Acaso lees mi mente y entras en mis sueños?