Pues hoy hice que echen de la empresa al un gilipollas subordinado mío.
Tengo una mezcla de satisfacción y arrepentimiento. El tío se dedicaba a ver dibujos animados en la oficina y el trabajo por hacer. Y no es que haya mucho pero, si tengo que hacer yo todo, no duermo mas.
Su puta chulería y falta de respeto terminó por convencerme de que esta era la solución. Le dije que se pusiera lqs pilas o que pidiese cambiar de proyecto. Le pregunté explícitamente si quería cambiar de proyecto. Hace semanas.
Ayer me soltó otra puta chulería cuando le encargué otra cosa y me mordí la lengua pero hoy vine por la mañana y allí estaba rascandose las pelotas a manos llenas. Reflejan desde vigo los cojones del pavo.
Inicié sesión, me puse a mis cosas, vi pasar a la jefa, esperé dos minutos. Me levanté, le dije al pavo que viniese conmigo. El retrasao cogió la libreta y todo jaja.
Lo puse delante de la jefa y dije: aquí lo tienes, la semana pasada le dije si quería cambiar de línea y dijo que no. Lleva semanas tocándose los cojones. Si de mi depende, lo quiero en la puta calle hoy. Si lo queréis en otra línes, allá vosotros pero no lo quiero allí. Que no vuelva. Se queda aquí y de aquí a donde lo mandéis pero que no vuelva por allí.
Dijo la jefa que qué pasó blablabla. El fulano se encogía de hombros.
Me largué y no dije nada mas.
Me contó la jefa que se rompió el tipo. Que era incapaz de hilar frases y que no supo responder a nada de lo que ella preguntaba. Un tipo nervioso, tartaja, con una chulería que no responde ni a capacidad, grado ni físico. Un chaval que trae una navaja de monte en el bolsillo y que, puede, me haga portada de El Caso cuando sepa que lo van a finiquitar.
Se puso a temblar, al parecer. El puto payaso. Supongo que esperaba tocarse los cojones hasta que yo le pidiese el cambio de proyecto. Ja. Le pedí el despido y, lo mejor, me hicieron caso.
Fuera de horas ya. Donde trabajo, trabajo. Me llamaron las jefas a una sala para decirme el temita del despido.
Estuvimos rellenando papeles y fui preguntando si era procedente. Dijeron que no, que lo van a indemnizar. Una puta vergüenza, dije, que se llevw dinero, encima. Debiera ser procedente que se insubordinó y no rinde. Procedente.
Dijeron que nones. No sólo que nones. Dijeron que no me lo tome como algo personal. Dije que pensaba en mi empresa y mi país. Un tipo así, dije, no merece cobrar de nadie. Y menos de mis impuestos. Si fuera por mí, este, no tenía nunca mas un sueldo por cuenta ajena.
Firmose cuanto hubo que firmar.
Dispuesto y troquelado el boleto del fulano.
Las jefas intentaron darme pena por él con lo nervioso que se puso. Lo mal que le vino el evento en cuestión.
No le temblaba la voz ayer mismo cuando me chuleaba que no iba a modificar el diseño aquel porque no le gustaba la estética.
Aquí se queda el ogro de la oficina. El que despidió al buenaso.
Bueeeeno. Veremos
