Hoy fue uno de esos días en que valdría más no haber salido de la cama, no haberse despertado. Seuro que no recuerdas mi lista de deseos cuál era el primero, ser inmortal y cual el segundo... Puede que el segundo lo recuerdes... Pero ahora ha cambiado... bueno... lo cambiaste tú... Ahora quiero que sea mientras duermo y no saber que me voy a morir.
Qué triste, me decías. Razón llevabas. Pero a veces no se puede explicar que tenga mal humor sin saber esto de mí, es absurdo pensar en ella como pensar en tí porque no existes, pero pienso en ella y te recuerdo a tí tal como eras. Tal como te soñé esta noche, pobre de mí que aun te sueño. Desgraciado de mí que no te tengo para olvidar a la otra, la que me hizo tan triste para tí y para todos.
Y tú, como siempre, en tu mundo y yo en el mío.